Las aventuras en Japón, siguieron en el templo Sanjûsangen en Kyoto, la antigua capital del país. Visitarla fue toda una experiencia. Y era una de las cosas que más me ilusionaba de este viaje.
Como la mayoría de los viajeros que deciden visitar Japón, tenía la convicción de que había que dedicarle más tiempo a Tokyo. Pero estos últimos días, al revisar las fotos que disparan tantos recuerdos, me doy cuenta que Kyoto merecía mucho más que esos dos días que pude dedicarle. Los templos y santuarios son absolutamente extraordinarios, lo que hace muy difícil decidir las visitas. Los parques en la primavera, cuando los cerezos florecen, son una maravilla.
Además, Kyoto desborda de cultura milenaria.
Por eso me prometí, en otra oportunidad, permanecer allí una buena temporada.
El templo
El edificio es imponente pero muy austero. Se lo considera el edificio de madera más largo de Japón, ya que supera los cien metros. Este hecho sorprende aún más cuando descubres en su interior un tesoro: una gran estatua de la diosa Kannon sentada y a otras mil perfectamente dispuestas en fila, hechas de madera y recubiertas con láminas de oro. La cantidad de esculturas alineadas es algo insólito. Las numerosas estatuas que ofician de guardianes son, a su vez, singulares.
Este conjunto asombroso es una obra de arte, un secreto que trata de permanecer muy bien guardado. Debe ser uno de los conjuntos escultóricos más impactantes del mundo.
Recuerdo que caminé muy despacio, tratando de apreciar los detalles de algunas de las primeras estatuas con múltiples brazos. Ninguna es igual a la siguiente, ya que cambian ligeramente su posición. Y tengamos en cuenta que son mil.Una pena no poder compartir imágenes de ellas.
Sus jardines
Pero otro detalle de enorme belleza fue el de sus jardines y estanque en plena primavera, con la floración de los cerezos, un milagro que encontrábamos a cada paso que dábamos en Japón.
Allí sí tomé fotografías con total libertad y disfruté de la armonía entre la naturaleza y la arquitectura sobria del templo, ambas en una dosis justa.
Cómo llegar?