Una de las ciudades más increíbles que conocí durante mi último viaje a España ha sido Sevilla. En realidad, sabía que la capital andaluza era una de las ciudades más lindas del mundo. Pero, del dicho al hecho. Ahora comprendo mejor el orgullo de los sevillanos.
Una ciudad extraordinaria
Estuve en primavera y la ciudad ha dejado en mí recuerdos imborrables. Sus atracciones turísticas son espectaculares, empezando por la magnífica Catedral y su Giralda. Después, los monumentos se suceden en sus plazas, avenidas y en su espectacular casco histórico. Aparte, la ciudad tiene una atmósfera efervescente que enamora. Y así fue, Sevilla me encantó.
La catedral y la Giralda, lugares emblemáticos
Empecemos por la Catedral y la Giralda, dos monumentos imprescindibles. Declarados patrimonio de la humanidad por la UNESCO, son el emblema de Sevilla. Quién no pasa delante de ellos? Quien no se anima a subir las 35 rampas para regalarse el panorama impagable de la ciudad a sus pies? Quien no se encandila en el Patio de los Naranjos?
Llegué temprano, accedí a los pasillos cuando todavía permanecían en un imponente silencio. Y subí de las primeras a lo alto de la torre. Anímense, no es tan cansador el ascenso y bien vale la pena. Qué paisaje! Cuando estaba allá arriba intenté descubrir por alguno de los ventanucos el famoso Giraldillo. No pude, pero sí logré escuchar algo aturdida las campanadas.
Otro de los rincones imperdibles de la
catedral es la exquisita
Capilla Real. En ella están sepultados el
Rey San Fernando, Alfonso X el Sabio y
Pedro I el Cruel. Pero lo más visitado es la
tumba del descubridor de América,
Cristóbal Colón.
Otro icono: el Palacio Real y los Alcázares
Sigamos por los Reales Alcázares, el extraordinario Palacio Real, en realidad el palacio que ha permanecido activo más tiempo en Europa.
Gran exponente del arte mudéjar andaluz, todo en él vale bien la pena la visita. Reconocible por los fans de “Game of Thrones”, los jardines son imponentes. Están formados por distintas terrazas y habitados por la vegetación digna de un cuento de hadas. Respecto del interior del palacio, me encantaron el Salón de Embajadores y su cúpula. Después el Patio de las Doncellas, las salas de los Reyes y la de Carlos V. Todo de una belleza que impacta. Aconsejo reservar y comprar los tickets con antelación.
Romance en la Plaza de España y en la glorieta de Becquer
La Plaza de España y el Parque de María Luisa me resultan inolvidables. Esa plaza es verdaderamente monumental. Nunca vi algo igual. Amplia, soleada, imponente, sigue el famoso estilo mudéjar. Reinan dos torres laterales y en el centro un edificio semicircular. Se presenta totalmente decorada con mármol, ladrillo visto y cerámicas extraordinarias. Éstas se destacan en los 48 bancos que rodean la plaza y que representan con ilustraciones a las capitales de provincias españolas.
A todo este esplendor se le agrega que está atravesada por un canal. Insólito, verdad?
La maravillosa plaza está ubicada dentro del distinguido Parque de María Luisa. Ahí no dejen de visitar la Glorieta de Gustavo Adolfo Bécquer y su romántico conjunto de esculturas.
Buscando los aires flamencos
Recomiendo disfrutar de la danza y el canto andaluz en la calle y en alguno de los muchos patios flamencos, sobre todo los de Triana y del barrio de Santa Cruz. El espectáculo me transportó. La entrega de los bailaores es emocionante. Comprendí la pasión de la gente por el flamenco, algo que se percibe hasta en la cantidad de boutiques que venden los trajes, los mantones, las peinetas y las castañuelas que lucen esas bailarinas de otro planeta. El show es hipnótico.
La Judería
Fue un deleite salir de los Reales Alcázares y seguir la línea de las murallas perfectamente conservadas, dejar atrás el Patio de las Banderas hasta llegar al Barrio de Santa Cruz. Allí están la antigua Judería y el Callejón del Agua. Las callejuelas y los rincones del distrito son mágicos. Al final del paseo se descubren los estupendos Jardines de Murillo. Es un recorrido hacia el verdadero corazón andaluz.
Otro de los emblemas de Sevilla es su Torre del Oro, ubicada sobre el Guadalquivir, al lado de la Maestranza, la famosa plaza de toros. El monumento tuvo muchos usos. Fue parte de las murallas, también fue capilla y más tarde prisión. Hoy en día aloja el Museo Naval de Sevilla. Su reflejo dorado sobre el río al atardecer es célebre. Una de las postales de Sevilla.
Sigamos cruzando el Guadalquivir en Triana, el barrio flamenco por excelencia, el verdadero barrio gitano. También fue cuna de toreros, cantaores y bailaores. La vista de la otra margen del río mientras se recorre tranquilamente la calle Betis es impecable. El encuadre de la Maestranza, la Torre del Oro y la Giralda, es algo para disfrutar y fotografiar.
Hice una visita a la Real Parroquia de Santa Ana en Triana y me maravilló el fervor de los parroquianos muy cerca de la Semana Santa. El interior exhibía las asombrosas carrozas de la Virgen.


Tuve la suerte de parar a pasos del Barrio Alfalfa y de la animada Plaza del Salvador. Este lugar, el centro de la “sevillanía”, está lleno de bares cuyas mesas colman las veredas a la hora de compartir una caña helada. Es un sitio ideal para hacer un alto en la jornada.
No dejen de visitar la Iglesia del Salvador, un templo barroco maravilloso. Aquí también se exhibían las carrozas que habían desfilado durante las procesiones de la reciente Semana Santa. Son verdaderas obras de arte.


Para finalizar, si de lugares insólitos se trata en
Sevilla, les recomiendo pasar por las
“Setas de Sevilla”. Es uno de los
miradores más pintorescos que conozco. También llamado
Metropol Parasol, está ubicado en la
plaza de la Encarnación. Es una estructura gigante que representa hongos o setas. En la parte superior se puede disfrutar de una hermosa
vista panorámica de Sevilla.
Muy cerca de allí les propongo encontrar un
pajarito en los
azulejos de la
Iglesia de San Pedro, un pequeño jilguero que escondía la firma del autor de la obra,
Juan Oliver. Es difícil encontrarlo, pero la tradición popular premia a quien lo encuentra con la promesa de una boda inminente. A probar los solteros.
Así fueron mis días en Sevilla, una ciudad a la que me prometí volver. Un tip antes de irme: apuntarse a un tour por el Alcázar, la Catedral y La Giralda, el icono de Sevilla, conociendo su magia a través de tres de sus monumentos más importantes.
Las coordenadas…