

Vivo momentos de nostalgia. Que me llevaron a uno de los distritos más atractivos de Manhattan: el East Village. Allí, al este de la 8th Avenue está Astor Place, un lugar con historia pero que también marca tendencia. Una de las primeras veces que estuve en New York, me alojaba muy cerca. Desde la ventana del departamento de Mercer St., observaba el movimiento en esta plaza mientras tomaba el primer café de la mañana.
El enorme cubo negro hecho de acero se conoce como «el cubo» o con el nombre propio de Alamo. Esta insólita obra de arte instalada al aire libre es atribuida al artista Tony Rosenthal. En efecto, fue una de las primeras obras de arte contemporáneo que se instaló a cielo abierto en Nueva York a fines de los años ´60. Produce en mi un efecto hipnótico. Siempre que he pasado por allí me detuve. Es objeto de fotos, pero también de juegos. Porque además de encontrar el equilibrio en un ángulo imposible… gira.
Pero esto no es todo en Astor Place. Cruzando la calle, en la intersección de Lafayette y East 8th Street encuentras una especie de kiosco que en realidad es la entrada a la estación del metro de la línea Lexington Avenue. Allí está desde principios del siglo XX. Es una verdadera obra de arte que sigue fielmente el estilo de los kushks de las estaciones de Budapest. Era el pintoresco estilo arquitectónico de algunas casas de verano húngaras.
Bueno amigos. Sigo rememorando los buenos momentos de mis viajes. En esta ciudad alucinante he estado varias veces. Y Astor Place es un lugar que me trae hermosos recuerdos.
Dream on Astor Place. Dream on New York.