Era el atardecer de un domingo de otoño en Port Vell, en Barcelona. Un otoño que parecía de primavera. Había gente en las calles desde temprano. Corría un maratón femenino en Las Ramblas. Dí un paseo por El Raval, pasando por el museu MACBA y después por el Palau de la Música, este último, totalmente renovado.
Crucé al Barrio Gótico, uno de mis preferidos. No me privé de un bocadillo antes del mediodía en el Mercat de Mercats, instalado en la plaza de la Catedral Gótica. Y así seguí caminando en busca de la Iglesia de Santa María del Mar, almuerzo en El Born y una ineludible visita al Museu Picasso que nos dejó gratos recuerdos. Estaban expuestas «Las Guitarras de Picasso», cómo olvidarlas.
Desde ahí, dirección a la Barceloneta. El día era propicio para pasear a orillas del mar. Parecía que todos habíamos pensado hacer el mismo recorrido: gente, músicos callejeros, vendedores ambulantes, y un ambiente muy alegre de día domingo.
Antes de emprender el regreso por el camino de Las Ramblas, desde el mirador de Colom hacia el Carrer de Petritxol, pasamos un buen rato sentados en Port Vell, viendo cómo caía la tarde.
Espero que hayas disfrutado en mi ciudad, Elisa. ¡Bienvenida a Barcelona!