La Casa Batlló es otro de los edificios emblemáticos de Barcelona, ubicado también en el maravilloso Passeig de Gracia, y obra de Gaudí, el célebre arquitecto catalán. La Casa de la familia Batlló forma parte del patrimonio arquitectónico sin igual de la ciudad, del movimiento artístico del modernisme catalán, tan puesto de manifiesto en cada uno de los rincones de Barcelona. Este tipo de lugares hace de esta ciudad un lugar tan encantador.
La Casa Batlló está emplazada en la que se conoce como «manzana de la discordia» allí donde los distintos arquitectos que descollaron en la época instalaron sus obras con la impronta de cada uno, como en una competencia. Así fue que el genial Antoní Gaudí empezó por reformar una casa y terminó creando una obra de arte. Punto.
Durante mi estadía tuve la suerte de alojarme en un hotel muy cercano a la famosa manzana, por lo que cada mañana salía a pasear en una dirección distinta, de modo tal de poder descubrir alguna que otra de estas joyas de la arquitectura urbana. Otro de los placeres de los viajes.
Barcelona es sinónimo de arquitectura. Y
Gaudí, también lo es. Imposible no asociar su nombre a la ciudad. Amé la maravillosa
Sagrada Familia, su catedral inconclusa. Y me enamoré también del
Parque Güell y de la imponente
Casa Milá, conocida como
La Pedrera. Todas en Barcelona, y todas obras salidas de la imaginación de un genio.
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Hoy les traigo algunos recuerdos en imágenes de la fachada de la Casa Batlló, que pude apreciar tanto de día como de noche, y de la visita al interior de la propiedad, cuya reforma le fuera encargada a Gaudí a principios del siglo XX por su propietario, Joseph Batlló i Casanovas, un próspero industrial. El resultado es una obra de arte de la arquitectura contemporánea, cuestionada en un principio, como toda la obra de Gaudí.
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Esperamos pacientemente nuestro turno para entrar. La Casa Batlló, como las otras casas-monumento de Gaudí y de los otros arquitectos son los lugares más concurridos de Barcelona. Pero tanto la espera como el valor de la entrada bien valen la pena. Qué puedo decirles sobre el frente que se erige sobre el número 43 del elegante Passeig de Gracia? Es, simplemente, espectacular, de día y de noche. Impactan el color y la luz que irradia. Gaudí jugaba a menudo con elementos que no eran utilizados de esa manera en la época. Usaba la combinación del hierro, piedras y pequeños cerámicos de colores para crear una fachada totalmente fuera de lo común. Una verdadera joya del movimiento modernista, algo que difícilmente se pueda imitar. Los balcones, los muros y los tejados fueron trabajados para recrear formas y figuras.
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Recuerdo haberme detenido ese día en la vereda opuesta para mirar y admirar hacia lo más alto. Después hice lo mismo desde el centro de la avenida. Repetí la experiencia cuando volví de noche. Las formas y los colores son impactantes. La Casa Batlló es bella y muy original.La visita al interior comprende el ingreso a la antigua casa familiar, el desván y la terraza. Se asciende por una escalera en forma de caracol en cuyos descansos se encuentran las puertas de ingreso a los departamentos.
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La visita y el recorrido hacen evidente el esmero que ponía Gaudí en dotar de luz y ventilación natural y por mantener el calor en todos los ambientes. Asimismo, Gaudí juega con los colores claros y el tamaño de las aberturas para aprovechar la luz y el aire naturales. Cada uno de los detalles de las estancias ha sido cuidado con esmero. La decoración es admirable. Me detuve a observar los innumerables detalles de las paredes, los cielorrasos en arcadas casi imposibles, y de los pisos interiores y los de la terraza. El mobiliario, los plafones, las aberturas, los vitrales coloridos, las escaleras, las chimeneas, todos son de una estética muy particular pero de gran belleza.
Gaudí fue un enamorado de la naturaleza. Los elementos y las formas se inspiraban en ella. Las columnas parecían huesos, los mosaicos imitaban la ondulación de las olas marinas. Los hierros fueron forjados dándoles la forma de la fauna del mar.
La terraza y el desván contiguo son, en mi opinión, las estancias más imponentes. La azotea está poblada de chimeneas cuyas formas sorprenden, como ya había visto en
La Pedrera. Los tejados son ondulados y las tejas se asemejan a las escamas de peces. Una cruz de cuatro brazos, otro de los
emblemas de Gaudí, es aquí la reina indiscutible. Pero también lo es el panorama de Barcelona, que quita el aliento. Queda aún mucho por agregar, por mostrar y disfrutar juntos de la
visita a esta casa, un lugar emblemático de
Barcelona. Pronto volveremos a ella juntos. Lo prometo.
Casa Batlló
Passeig de Gràcia 43
08007, Barcelona
España