El relato en el que aconsejo qué hacer durante un primer día en Dublin, fue la consecuencia de un proyecto bastante difícil de concretar: escribir en el blog mientras viajaba. Aquellos días de otoño en Irlanda fueron como una fuente de inspiración para esta idea bastante alocada. Se hacía de noche bastante temprano y hacía mucho frío. Volvía al hotel después de cenar a esa hora desacostumbrada y me ponía a escribir.
Si la conexión wi-fi funcionaba correctamente, podía elegir y subir buenas fotos. Pero este plan no puede cumplirse en cualquier destino. Por eso les decía que era demasiado optimista. Pero mientras lo hice, me sentí orgullosa.
Hablemos sobre qué hacer en una primera jornada en Dublin, la capital de Irlanda del Sur. Era la última estación de ese largo viaje y elegí pasarla en la capital de la Irlanda independiente. Como de costumbre, me encanta visitar las ciudades caminando. No soy del tipo «me subo a un autobus hop-on hop-off, y listo». Amo caminar sin rumbo y creo que Dublin es una ciudad que se puede descubrir perfectamente a pie, saboreando cada vista, cada rincón.
Como llegaba tarde, elegí una de las mejores opciones: tomar algún walking tour en español. Los recorridos están muy bien pensados y los guías son super simpáticos. Además, están informados sobre la historia de la ciudad y comparten tips que pueden ser utilizados a la hora de salir a cenar o a tomar algo. Me encantó conocer algunos de los edificios más representativos, tales como el del Ayuntamiento, el del Castillo de Dublin y la antigua Catedral de Cristo, los tres en el centro histórico. En muchas de las baldozas de la calle aparecen incrustados objetos de la época de la ocupación vikinga. Parece un museo al aire libre bastante insólito.
En ese primer itinerario me divertí también en el distrito pintoresco y efervescente, conocido como Temple Bar. Es un lugar colorido, habitado por los tradicionales pubs y bares cuya atmósfera es simplemente cool hasta paredes que se fueron convirtiendo en halls of fame. La enorme variedad de cervezas está a la orden del día, sobre todo cuando va cayendo la tarde. Pero antes había dado un paseo por el célebre Trinity College, su campus y los alrededores. Es la magnífica universidad de Dublin, cuya famosa biblioteca es un lugar único.
En este primer vistazo que pude hacer de la ciudad antes de que oscureciera y me venciera el cansancio del viaje, compartí algunas imágenes, las que más me gustaron. El parque de Merrion Square es uno de los lugares más tranquilos en medio del centro de la ciudad. Era evidente que el otoño iba mutando poco a poco hacia el frío invierno de estas latitudes.
A proximidad del colegio, la calle Grafton estaba empezando a vestirse de Navidad. Ella ofrecía el paisaje de las vidrieras elegantes, las más bellas del casco histórico. Y, como de costumbre, estaba el precioso decorado de la iluminación cruzando la calle y en muchos de sus los rincones.
Poco a poco fue llegando la hora de cenar y descansar. El día siguiente me esperaban nuevas sorpresas en esta ciudad que me enamoró a primera vista.
Mapa de la ciudad:
