Milán fue el primer destino de un largo viaje a Italia. El recorrido me llevaría hasta la Liguria, la famosa región de las «Cinque Terre». Pero ni bien saqué el automóvil me dispuse a hacer una escapada hacia Lago di Como, uno de los lagos del norte. Una vez cumplido mi deseo, el road-trip continuaría según lo programado.
Escapada a Como.
Hubo y habrá tanta gente que se enamoró sin remedio de la belleza de Lago di Como, de ese paisaje único de la Lombardía. Son los Alpes y es el Mediterráneo. Como tiene la magia que hace posible la conjunción de ambos panoramas. Los reflejos del espejo de agua que cambian según la hora del día, el entorno natural singular hicieron de esta primera visita en Italia una experiencia fascinante. Dado que la mayoría de los argentinos tenemos antepasados italianos y españoles, este viaje fue una suerte de búsqueda de mis propias raíces. De alguna manera mamá me acompañaba también ahí.
El prestigio del Lago di Como.
Esta escapada a Como no fue al azar. Mi madre hablaba mucho de ese territorio. Sus propios abuelos habían vivido en Domodossola, en el Piemonte. Además, era prima del famoso corredor Giuseppe Farina. El corazón me llevaba para esos lugares. El lago de Como es el más atractivo y, curiosamente, el menos visitado de los lagos del norte de Italia. Un día leí por ahí que estos son «lagos con estilo» y me agradó la cita. Como es un lago con la forma de una Y griega gigante e invertida y sus orillas alojan ciudades inolvidables, que me propuse visitar en un próximo viaje. Preferí disfrutar de la primavera y las glicinas en flor en Como.
La ciudad y los paisajes.
La ciudad de Como y sus alrededores fueron habitados desde la era prehistórica, pero es a partir de la instalación de una colonia romana que comenzó a transformarse en una región estratégica comercial. Antigua cuna de la seda italiana, es también la puerta de entrada al Lago di Como. Sus aguas corren entre las cumbres alpinas en dirección a Suiza. Se encuentra rodeado por numerosos pueblos pequeños dispersos entre las altas montañas. Algunos son maravillosos.
Ambos, el pueblo y el lago, son magníficos. Los paisajes dignos de una tarjeta postal se suceden delante de nuestros ojos. En todas partes se respira una atmósfera agradable.
La catedral y el Broletto.
En cuanto a la arquitectura destaca la maravillosa catedral, un imponente edificio de casi 90 metros de largo rodeado de un amplio espacio y de las Piazze Verdi y del Duomo, ambos lugares ideales para apreciar la perspectiva. La cúpula tiene una altura de 80 metros y es perfectamente visible desde lo alto de las colinas. También recomiendo visitar el interior de la catedral. Es soberbia.
Muy cerca está el Broletto, el antiguo palacio del ayuntamiento, otro edificio formidable cuya fachada está hecha de bandas policromas de mármol, un carácter singular de muchas construcciones italianas del siglo XIII. Después lo comprobaría a lo largo del viaje.
Un paseo muy bonito es el del Lungolago hasta la Piazza Cavour. En este punto podrán elegir alguno de los cafés con terraza para almorzar. Luego, el recorrido los llevará por la Via Vittorio Emanuele II. Es como un must.
Panorama desde la colina Brunate
Pero lo mejor es el paseo panorámico. En Como se debe apreciar la belleza del lago desde lo alto. Caminé hasta el muelle, en la Diga Foranea y después por el Lungo Lario Trieste hasta llegar a los pies del funiculare. El antiguo transporte une Como con la colina Brunate cada media hora desde 1894.
Una vez en la cima, el panorama quita el aliento. La ciudad y la cabecera del lago se extienden a nuestros pies. La vista es fantástica. A lo lejos vemos la catedral, los muelles, un estadio y la Villa Olmo. Esta es un edificio admirable, construido en estilo neo-clásico y rodeado de exquisitos jardines a la italiana. La villa es ahora la sede de congresos y exposiciones destacadas. En fin, este paisaje, me encantó.
Para finalizar, el aperitivo en Italia es una cosa muy seria, sobre todo en el norte.
Y la bebida que se ha puesto más de moda es un cóctel, el Spritz, que lleva Aperol – un licor de hierbas italiano – y soda.
Así fue que terminé mi día en Como.
Italia, qué belleza!
