Mientras transcurren los días de la cuarentena, sigo soñando con volver a visitar lugares como el MET Museum en Nueva York. Allí siempre se dan cita tanto el arte en todas sus expresiones, como la moda. Parece algo inesperado encontrarlos en el mismo lugar en el que nos transportamos al Antiguo Egipto o en el que se exhiben colecciones del arte islámico o griego. Sin embargo, un día cualquiera, te pasa que subes las escaleras sobre la 5th Avenue y te sumerges en el China fashion style a través de un espejo excepcional. Sí, arte, moda y Lejano Oriente en el mismo lugar.
Una muestra diferente
Conocí
«China, through the looking glass», una muestra instalada en las salas del
Anna Wintour Costume Center. Se mostraba a
China y el impacto de su estética en la moda occidental. De pronto, me sorprendió confirmar que el gran país había sido una fuente de inspiración para los
diseñadores desde hace siglos. A través del espejo de la moda observaba cómo modistos de todas las épocas, como
Paul Poiret, Jean Paul Gaultier, Craig Green o el mismísimo
Yves Saint Laurent, sucumbieron al encanto de
Oriente. La exhibición presentaba ejemplos de la
haute couture, de la
vanguardia y del
prêt-à-porter que reflejaban la enorme riqueza de la
historia china.
La influencia de China en la moda
China, los espejos y los manequins poco tradicionales, los misterios de la moda que se iban revelando en el interior del MET Museum, resultaba un conjunto mágico. Era evidente la armonía de los atuendos. Y se adivinaba su absoluta comodidad. Todo lo que recuerdo haber visto en ese espacio del museo resultaría hoy el guardarropas ideal para transitar los tiempos tan difíciles que vivimos.
El buen gusto y la sobriedad
Evoco aquella extraordinaria muestra como un ejemplo de que el buen gusto y el confort pueden perfectamente encontrarse en una prenda con aires orientales. No lo pienso sólo yo, también lo hicieron mucho antes los grandes diseñadores que la usaron como su su musa.
Cómo llegamos al MET: