Hice todo este recorrido para luego sumergirme en la aventura de subir hasta el piso número 67. Les propongo elevarse, llegar hasta arriba, para admirar Manhattan.

La visita se puede hacer de día o de noche. O bien el de día Y de noche. También a la hora en la que cae el sol. Queda al criterio de cada uno. A cualquier hora es el paisaje sublime de una de las ciudades más grandes del mundo el que les aguarda. El precio del ticket es la nada despreciable suma de 38 Dls. para adultos. Si es al atardecer hay que agregarle 10 Dls. más.

En el preciso instante en el que la lucecita roja en el interior del ascensor anuncia la llegada a la cima, cuando deja de sentirse esa sensación de vacío en los oídos, es que se da paso a otra sensación, una mezcla de vértigo y de emoción. Ni qué hablar del momento de salir a la terraza, al exterior vidriado, cuando Manhattan parece rendirse a vuestros pies. La vista desde allí, como en la cima del mundo, desde los cuatro balcones laterales es impresionante. Me recordó a otra que guardo en mi memoria, cuando subí a una de las inolvidables Torres Gemelas, en el World Trade Center, época en la que no contaba con mi cámara digital.

Cual sería el mejor adjetivo para describir el panorama de la «Gran Manzana» que se extiende delante de nuestros ojos? Es un paisaje único, soberbio, pintado de luces, cemento, vidrios, acero pero también de verde y de azul cielo. La ciudad más sorprendente brilla. Y uno es el testigo de un espectáculo sin igual.

Como de costumbre, mi compañero de viajes, mi querida cámara, dispara sin detenerse. Se entiende. A mi alrededor, todos hacen lo mismo. Asiáticos con equipos alucinantes, jóvenes con sus smartphones, todos queremos obtener la imagen perfecta de ese paisaje único.

Allí vemos el Central Park, extenso, de un lado.

Del otro, las siluetas inconfundibles de edificios tales como el Chrysler o el mítico Empire State se recortan sobre un horizonte limpio. Sobretodo la de este último, en el medio de la skyline de New York.

Mucho más lejos, se descubre la línea de New Jersey y después el zoom acerca a la Liberty Island con la reina, la majestuosa estatua, icono indiscutible de New York City.

La tarea de clasificar mis fotos se vuelve difícil.

La serie llega a su fin con la vista del famoso cartel luminoso en Times Square. El que señala cada año que se inicia. Este distrito y ese cartel son un must-do durante cada estadía en Manhattan.

La continuación será muy pronto.

Estoy ansiosa de publicar las imágenes que describen el panorama nocturno desde el Observatory Deck del «Top of the Rock».

Les recuerdo que la visita de este extraordinario observatorio está incluida en el New York Explorer Pass o similares, junto con la de otros lugares especiales para apreciar el panorama de la ciudad, tales como el del Empire State Building, o la skyline desde la Liberty Island.

Nueva York es una ciudad alucinante que merece ser conocida y admirada desde todas las perspectivas posibles.

Cómo llegar?