Acabo de descubrir Roussillon, en la Provence. La región es extraordinaria y el lugar ha merecido con justicia encontrarse entre los más bellos de Francia. Los colores de los muros de sus casas y la vista impresionante sobre el Mont Ventoux son singulares. Las callejuelas que serpentean en cada rincón de este pueblo colgado de la montaña parecen demasiado perfectas. La pequeña ciudad se asemeja a las de los cuentos de hadas. Los barrancos que la rodean quitan el aliento. Apenas se puede creer la paleta de oro y ocre que la naturaleza ha pintado sobre sus paredes verticales.
La atmósfera de la ciudad es tan agradable como la de una pintura que describa ampliamente «la Provence». Aquí el maestro pintor ha jugado con los colores y las formas. El artista imaginario supo mezclar con sabiduría la naturaleza y la belleza paisana en una ciudad que merece su título de patrimonio natural mundial.

Visité una colección de pequeñas casas pintorescas y de locales que agregaban la nota de color y de artesanía local al maravilloso camino del ocre. Hacía falta más color? Sí, imposible considerarlo suficiente. Contenta, me perdí por esas calles, sin brújula, sólo siguiendo el recorrido de mi instinto viajero.

Les aseguro que la Provence guarda muchos rincones de una belleza singular, todos para disfrutar sin moderación.
Mis coordenadas:
Roussillon
La Provence
Francia
Cómo llegar: