Fue una gran idea la de terminar el road-trip entre Arizona y California en la ciudad de San Francisco.
Paramos enfrente, en Sausalito, un pueblo soñado, por lo que el paisaje de esta ciudad sorprendente nos acompañaba desde la mañana hasta la noche. Despertarse y tener como telón de fondo la skyline de San Francisco era, de por sí, algo único. Terminar el desayuno y poner proa hacia ella cruzando el enorme puente color bermellón era el comienzo de la aventura de descubrir una de las ciudades más importantes de planeta.
El área de la bahía de San Francisco es célebre. Y en esta ciudad hay de todo y es sinónimo de vanguardia.
Hay paisajes, diversidad, gastronomía de primer nivel y saludable, señales de la revolución digital, arte y espacios verdes suficientes para disfrutar de actividades al aire libre. Y todo está al alcance tanto a pie como usando el simpático transporte público que la identifica o tu automóvil o bicicleta.
San Francisco ofrece todo lo que necesita un viajero.
Paramos enfrente, en Sausalito, un pueblo soñado, por lo que el paisaje de esta ciudad sorprendente nos acompañaba desde la mañana hasta la noche. Despertarse y tener como telón de fondo la skyline de San Francisco era, de por sí, algo único. Terminar el desayuno y poner proa hacia ella cruzando el enorme puente color bermellón era el comienzo de la aventura de descubrir una de las ciudades más importantes de planeta.
El área de la bahía de San Francisco es célebre. Y en esta ciudad hay de todo y es sinónimo de vanguardia.
Hay paisajes, diversidad, gastronomía de primer nivel y saludable, señales de la revolución digital, arte y espacios verdes suficientes para disfrutar de actividades al aire libre. Y todo está al alcance tanto a pie como usando el simpático transporte público que la identifica o tu automóvil o bicicleta.
San Francisco ofrece todo lo que necesita un viajero.
La lista de atracciones de la que dispone la ciudad es extensa. Viajar a San Francisco es siempre una muy buena idea, a agendarlo. En primer lugar, amé el paseo sobre la costa, alrededor del puerto, en el Fisherman’s Wharf. Recuerdo que fue lo primero que vi al llegar. Sobre el muelle 39 hay muchos restaurants donde disfrutar de los frutos de mar frescos, recién salidos del mar. El lugar es alegre y animado, está siempre lleno de gente.
Si lo que más disfrutas es el contacto con la naturaleza, San Francisco tiene dos parques extraordinarios: el Presidio, amplio y frondoso, que perteneciera a una vieja base militar y que hoy en día es un extenso bosque, y el Golden Gate Park, un enorme parque urbano, más prolijo y ordenado con sus jardines interiores.
San Francisco es conocida también por sus célebres casas señoriales victorianas, que alcanzan su máxima expresión en las casas pintadas de delicados colores, las Painted Ladies de Alamo Square. Además, las calles onduladas de San Francisco son algo insólito, más aún cuando te toca subir y, después, bajar Lombard Street. Sus flores y sus curvas empinadas la han transformado en la calle más famosa de la ciudad.
La estrella indiscutida del paisaje de la ciudad es el monumental Golden Gate Bridge a la entrada de la bahía. Brillante, inconfundible en su color anaranjado rojizo, a menudo se lo ve envuelto en una nube. Una mañana ventosa intenté cruzarlo a pie, pero no llegué más allá de la mitad del recorrido. Sin embargo pude apreciar su grandeza desde el punto panorámico y llevarme la fotografía más tradicional.
Me encantó encontrarme con gente de todas las nacionalidades en San Francisco. Se vive de verdad la diversidad cultural desde Chinatown hasta Mission y nadie le preguntará a su vecino cuál es su preferencia sexual en un distrito como Castro. Esa atmósfera de libertad y de aceptación se respira en todos los barrios de San Francisco en los que se ve flamear con frecuencia la bandera multicolor como una declaración de principios. Después están los barrios más jóvenes y relajados de San Francisco, como el que se instala alrededor de Haight Ashbury, el que se conoce como barrio hipster, con ese aire flower power tan atractivo.
Lo más pintoresco de las calles que suben y bajan en San Francisco es el tranvía. Es el medio de transporte más característico de la ciudad y una manera muy entretenida de recorrerla. Yo lo “pesqué” en Chinatown, pero se lo oye traquetear también en el Fisherman’s Wharf.
Sausalito, su rivera agradable y su distrito pintoresco habitado por casas flotantes.
Sausalito y las imágenes más increíbles sobre San Francisco, la isla donde se encontraba la prisión de Alcatraz incluida. Hay una escapada perfecta desde aquí: Muir Woods, un bosque de sequoias gigantes excepcional.
Y también el tranvía, el arte callejero, la bahía y el puente, los edificios especiales y las calles, todo esto y más devuelven mis postales perfectas de esta ciudad que resultó ser maravillosa.