Cuando viajo, me encanta visitar lugares inesperados, como Washington Mews, uno de los secretos mejor guardados de New York. A veces descubro estos lugares yo misma. Otras, sigo el consejo de otros blogs de viajes que me inspiran. Precisamente, eso pasó con esta calle neoyorkina tan particular. En la página de una bloguera amiga francesa encontré los datos para llegar a esta calle de establos.
En el último artículo les contaba sobre los lugares que les recomendaba visitar en verano en Nueva York. Aquí les estoy agregando uno más. Sólo entrar y caminar unos pocos pasos hicieron que me enamorara a primera vista. Hagamos un poco de historia. Mews, eran en realidad los establos de antaño, pegados a las grandes residencias. Este tipo de construcción es bastante usual en Gran Bretaña. Yo las he visto a menudo en ciudades como Londres, Chester o York.
Estos establos estaban unidos a las casas, pero se podía entrar a ellos desde las calles traseras para evitar los ruidos de las calles principales y los olores desagradables de los establos. En la actualidad, Washington Mews pertenece a la New York University. Pero es posible perfectamente franquear la reja y entrar a dar un paseo y tomar algunas fotos. Fue eso mismo lo que yo hice, bloguera de viajes ávida de lugares nuevos y curiosa por naturaleza.
El pasaje se parece mucho a una calle de París que amo: la rue Crémieux. Igual que en ella, están las paredes pintadas de colores delicados, las puertas coloridas, los maceteros llenos de flores y la atmósfera de paz. Es un oasis en medio de los tradicionales rascacielos. De pronto, olvidas que estás en Manhattan. Hay muchos rincones desconocidos en Manhattan, otro es Greenacre Park por ejemplo.
La van a adorar.
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